No se puede hablar de la historia del deporte sin mencionar a quienes inicialmente repararon en el culto al cuerpo como disciplina física y moral: los antiguos griegos. Fue en la Grecia antigua, en un momento histórico en el que el movimiento del cuerpo cautivó a los intelectuales, cuando emergió el concepto de deporte. No extraña, así, que fuera en la ciudad griega de Olimpia donde comenzó un rito social no sólo de exhibición física sino también una búsqueda de un ideal físico. Los antiguos Juegos Olímpicos datan del siglo VIII a.C. y se organizaron durante olimpíadas de cuatro años durante el extraordinario período de diez siglos.
Allí se reunían los ciudadanos para contemplar a los hombres más diestros en diversas disciplinas. Este tipo de competiciones derivan de otras más primitivas, de los que hay testimonio en poemas antiguos. Estaban circunscritos al ámbito castrense, y quienes competían eran militares en contextos amistosos. En el caso de los Juegos Olímpicos se trataba de un evento claramente civil y de un espectáculo público.
Fueron los griegos quienes establecieron las normas de competición y las disciplinas que definirían en cada evento a un hombre con estatus de héroe. Un hombre equilibrado y proporcionado, y por supuesto, diestro en en una variedad de disciplinas físicas.
Esta concepción filosófica se ha perdido con la alta especialización en actualmente se da en el deporte de alta competición. Incluso en el aspecto más elemental, el de las proporciones físicas, el cánon del deportista ideal se ha desdibujado paulatinamente.
No obstante, resulta razonable que en la actualidad sea el atletismo la disciplina predominante de los Modernos Juegos Olímpicos, y es que es ésta la que mejor representa los antiguos ideales de la virtud física. El atletismo es un reflejo de la estética, fuerza y coordinación más natural y espontánea del ser humano. No precisa de prácticamente ningún elemento externo más que el espacio para que el cuerpo se mueva libremente, pues por no necesitar, no necesita siquiera un oponente. Es la libertad de su práctica lo que convierte al atletismo en la disciplina deportiva más perdurable y antigua que se conoce.
Es quizá por el motivo anterior por el que la moda del running, o de correr, tiene hoy tantos adeptos. Correr es un ejercicio aeróbico con beneficios probados sobre la salud. Es fácil de practicar y no requiere gasto en instalaciones. Sí se hace imprescindible emplear el dinero es en el cuidado de los pies para evitar lesiones.
Los médicos antiguos utilizaban los conocimientos sobre el campo de batalla para cuidar a sus atletas. Asimismo, las luchas de gladiadores fueron en ocasiones un campo de observación. El médico romano Galeno estudió las lesiones cerebrales de los gladiadores para relacionarlas con sus consecuencias observables en la conducta.
Siglos antes que Galeno, fue el médico griego Hipócrates un pionero del cuidado de los pies inventando un calzado para evitar algunas lesiones. No hubo grandes avances en este campo hasta finales del pasado siglo XX con el desarrollo de los polímeros cuando se crearon las primeras plantillas deportivas. Desde entonces con la evolución de la medicina deportiva, los estudios biomecánicos y las próximas prendas deportivas inteligentes, el atletismo continúa desarrollándose, aunque lo cierto es que su esencia continúa intacta y atrayendo a miles de aficionados a su práctica rutinaria.
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