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La Guerra de los 80 años

Si en España guardamos cierto rencor a Francia por intentar invadirnos y ocupar nuestro territorio durante seis años (lo que tardamos en echarles), es lógico entender cómo nos miran desde los Países Bajos, donde todavía hoy se le dice a los niños que «si no se portan bien vendrá el Duque de Alba», en vez del coco.

La Guerra de los Ochenta años, o Guerra de Flandes, enfrentó a las diecisiete provincias de los Países Bajos contra su soberano, el Rey de España. La rebelión comenzó en 1568 y acabó en 1648, cuando por fin se les reconoció como independientes.
El mantenimiento de La guerra de los Ochenta años, que duró tantos años como su nombre indica, acabó hundiendo a la economía española, provocando sucesivas bancarrotas y dinamitando la imagen de todos los españoles. (durante esta guerra nació la Leyenda Negra).
Pero hay otra forma de verlo. Una forma que tenga en cuenta la política de la época, la amenaza de guerra y la contextualización. ¿Alguien puede dudar de la importancia geoestratégica de Flandes para un imperio como el español, con la cantidad de enemigos que había creado? Significaba una amenaza constante para Inglaterra, otra para Francia;  colocaba a España a las puertas del Sacro Imperio Romano Germánico y era el pasillo también, para entrar en Alemania por el norte.
No obstante, allí nunca se quiso a España y debió haber rectificado antes de perder todos los hombres que perdió, sin ni siquiera mencionar el dinero. Pero parece que la culpa de todo la tenía la herencia de un gran rey, Carlos I, que heredó todos esos territorios por via paterna (Habsburgo), y que decidió cederlos a su hijo tras abdicar en él, dos años antes que la rebelión, en 1556. A Carlos I le respetaban, porque era un rey políglota y de gentes, pero no hicieron lo mismo con Felipe II, pues no hablaba su lengua y además se empeñó en convertirles al catolicismo, de manera intransigente, cuando estaba clarísimo que eran calvinistas, no querían a su soberano, no querían tener nada que ver con España y ni mucho menos con sus curas.
Pero de nuevo, si contextualizamos y nos ponemos en la piel de Felipe II, nos damos cuenta de que él y toda su gente, familia e incluso mascotas, estaban convencidos de que España debía ser el guardián del Catolicismo en Europa, por mucho que ahora esto nos parezca una necedad. Lo comprendamos o no esto era así.
Este periodo de tiempo aglutina más de 19 batallas, cada una de las cuales pudiendo ofrecer folios y folios de información, siendo de las más importantes el Asedio de Breda, la Batalla de Rocroi, Jemmingen, Haarlem, Ostende, Amberes y demás.
Sin duda especial mención merecen también personajes de la época como el tercer Duque de Alba, Alejandro Farnesio, Guillermo de Orange, Ambrosio Spínola, Isabel I de Inglaterra y un sinfín de otros nombres a los que tendría que dedicar alguna pequeña biografía, por la cantidad de cosas que tienen que contar.
Esto ha sido sólo una pequeña reflexión de lo que allí aconteció, que tiene como objetivo persuadir a los realmente interesados a que sigan investigando, porque es una guerra, lastimosamente, apasionante.
By | 2017-03-06T01:30:34+00:00 marzo 16th, 2009|Batallas, Historia General|6 Comments

Una visión inglesa de Trafalgar

Tras leer «When it happened» del británico George Chamier, que explica brevemente todos los capítulos más importantes de la historia de las islas, de entre ellos Trafalgar, descubro un detalle fundamental para entender la estupidez de haber sacado las flotas (francesa y española) de la bahía de Cádiz cuando sabíamos que Nelson estaba ahí fuera, en 1805.
Resulta que Napoleón llevaba tiempo riéndose de Villeneuve porque le creía cobarde e incapaz de enfrentarse a Nelson en una batalla naval.
La ironía de la vida colocó a Villeneuve al mando de las flotas hispano-francesas de la bahía, y tras conocer la noticia de que Nelson les estaba esperando, se armó de valor y decidió salir de Cádiz para ir en su busca y así redimirse ante Napoleón.
A pesar de que las órdenes eran que debían permanecer refugiados en la «U» de Cádiz, la verdad es que fue Nelson, y no el error de salir de la bahía, el que decidió el curso de la batalla, volviendo a demostrar lo maestro naval que era.
Ordenó a su flota a formar dos líneas paralelas que debían dirigirse directamente hacia la línea hispano-francesa, para así dividirla en tres partes, y tras recibir mucha caña hasta llegar a romper la línea, una vez rota los ingleses, mejor posicionados, destruyeron la flota napoleónica, una buena parte de la española, y se aseguraron el dominio de los mares durante al menos 100 años más.
Sin embargo, Nelson murió en Trafalgar, pero cuenta Chamier que antes de morir recibió la noticia de que había ganado la batalla, por lo que supongo, se fue a gusto, el hijo puta.
Sin duda nos tuvo que tener cariño, tras perder un brazo en Tenerife y morir contra los mismos en nuestros mares.
[En la foto, contemplamos la muerte de Cosme Damián Churruca, de los Churruca de toda la vida, personajes donde los haya].
By | 2017-03-21T15:17:52+00:00 febrero 8th, 2009|Batallas, Historia General|3 Comments

Pánfilo de Narváez y Hernán Cortés

Cuenta la historia que en 1518 Hernán Cortés desobedeció los mandatos del Gobernador Diego de Velázquez en Cuba, y partió hacia México con 600 hombres para conquistarlo, en vez de acatar las órdenes de convertir a España en primer aliado comercial. El Gobernador envió a un regimiento al mando de Pánfilo de Narváez para capturarle, vivo o muerto.

Prácticamente desde que Cortés salió hacia el todavía más Nuevo Mundo, Pánfilo se encontraba detrás, persiguiéndole. Pero Pánfilo tenía todas las de perder, porque no sólo los soldados que acompañaban a Cortés le fueron letalmente fieles, sino los mismos de Pánfilo, que al intuir las innumerables riquezas que podrían sacar de Tenochtitlán, decidieron unirse a éste tras la escaramuza fallida… veamos:

Cortés se enteró de que le estaban persiguiendo y decidió adentrarse en el continente en busca de la capital azteca, así matando dos pájaros de un tiro: Por un lado se alejaba de sus perseguidores y por otro trataba de encontrar civilizaciones y riquezas.

Varias semanas después de que Cortés levantara un fuerte en Veracruz y capturara al mismísimo Moctezuma, llegaron noticias de que 18 navíos habían llegado al puerto. Eran Pánfilo y sus hombres, que además de venir a luchar contra Cortés, se encargaron de advertir a Moctezuma de que Cortés y sus hombres eran rebeldes de España.

Visto lo visto Cortés decidió dejar unos cien españoles para defender Tenochtitlán al mando de Pedro de Alvarado, e irse al frente de otros 300 a por Pánfilo. Cortés ganó la batalla, capturó a Pánfilo y todos sus hombres restantes se unieron a la causa de Cortés. Tan mal quedó Pánfilo de Narváez después de aquel suceso, que los conquistadores, cuando querían burlarse de alguien le llamaban pánfilo, y esta expresión ha llegado hasta nuestros días en España, donde a día de hoy se le sigue llamando Pánfilo a alguien torpe, tonto, etc.

By | 2017-03-16T16:50:44+00:00 enero 5th, 2009|Batallas, Historia General|8 Comments

Las Navas de Tolosa: La Cruzada de España

Tras la Batalla de Alarcos (Ciudad Real – 1195) en la que los almohades se adueñaron de casi todos los territorios protegidos por los caballeros de la Orden de Calatrava, los reinos cristianos tuvieron que abandonar su idea de reconquistar Al-Andalus, tras haber perdido cerca de 300.000 hombres en batalla.

Diecisiete años después, el 16 de julio de 1212, los reinos cristianos formaron una coalición de 70.000 soldados de élite, gracias a las aportaciones del Reino de Castilla, Navarra y Aragón; a las Órdenes Militares (Santiago, Calatrava, Temple y San Juan) y a voluntarios franceses, portugueses y leoneses, para combatir en lo que luego llamaron La Batalla de las Navas de Tolosa.

Muchos pueden pensar que los españoles no intervinieron en las cruzadas para recuperar Jerusalén y demás territorios sagrados pero, en realidad, España tuvo su propia cruzada, porque los moros no sólo ocupaban la mitad sur de la península ibérica sino que además, llegaron rumores de que Miramamolín planeaba hacerse con Toledo. De hecho la cruzada en España fue declarada por el propio Rey Alfonso VIII de Castilla, junto con el Arzobispo de Toledo (Rodrigo Ximénez de Rada) y el Papa Inocencio III. Alfonso necesitaba redimirse tras la ferviente derrota de Alarcos, en la que él mismo luchó y tuvo que huir rápidamente.

Aunque los cristianos dijeron que Miramamolín trajo consigo a 400.000 hombres, diversos historiadores han dejado la cifra en unos 120.000. Y sus tropas las formaban gente de todos lados de Oriente: infantería ligera marroquí, tropas andalusíes, caballería africana, arqueros turcos a caballo y los que se hicieron llamar Guardia Negra, que eran unos soldados senegaleses que se encontraban atados entre sí por enormes cadenas para que el Sultán se asegurase de que no huyeran y pelearan a muerte. En medio de todos estos, el sultán arengaba desde su tienda a sus tropas vestido completamente de verde (color del Islam), portando el Corán en una mano y una cimitarra en la otra. (La Esmeralda del Corán y las cadenas de los senegaleses forman parte hoy del escudo de Navarra y aparece también en el cuadro inferior derecho del de España).

Por su lado las tropas cristianas podrían haber llegado a sumar unos 100.000, porque más de 30.000 ultramontanos (de más allá de los Pirineos), en su mayoría franceses, acudieron a la llamada del Papa pero, al no estar de acuerdo con la estrategia a seguir de Alfonso VIII, sólo se quedaron 150 caballeros del Languedoc (territorio del sur de Francia). Cabe mencionar que esta es la época en la que los reyes luchaban en las batallas como cualquier otro soldado, y estos fueron: Alfonso VIII de Castilla, Sancho VII de Navarra y Pedro II de Aragón (El Rey de León Alfonso IX y Alfonso II de Portugal no acudieron a la batalla).

LA BATALLA

Como cabe esperar, durante cualquier día de julio en Jaén, hacía un calor asfixiante. Las tropas cristianas llegaron sobre el 13 de Julio, y se produjeron algunas escaramuzas durante el fin de semana. El lunes 16 de julio de 1212 Alfonso VIII decide atacar.

Los almohades fueron listos porque conscientes de las disputas entre los propios cristianos, no hicieron más que reforzarse y esperar hasta que ellos atacaran. De hecho la jugada les salió bien porque como dijimos antes unos 30.000 hombres se retiraron por disputas con Alfonso. Aun así, parece que la treta no les salió tan bien como esperaban.

Las Órdenes Militares formaron en el centro flanqueados por los navarros y las milicias urbanas de Ávila, Segovia y Medina del Campo por la derecha. Por la izquierda, los aragoneses.

El primero que ataca es el vizcaíno López de Haro con su caballería, que además lo hace de manera frontal, directamente a por las primeras líneas de los almohades, pero estos, tal y como hicieron en la batalla de Alarcos, utilizaron la táctica de la escaramuza, es decir, tirar flechas y ballestas hasta un cierto punto, y cuando la caballería se encontraba a unos 50 metros, se retiraban corriendo de manera que las gruesas fuerzas de élite del centro pudieran contraatacar.

López de Haro tuvo que ser asistido por la segunda línea cristiana tras sufrir muchas bajas porque la caballería ligera almohade, equipada con arco, hizo una excelente labor de desgaste. Aun así no fue suficiente y muchos se retiraron, exceptuando López de Haro, su hijo, Núñez de Lara y las órdenes militares, que se mantienen heroicamente en combate cerrado.

Al ver que muchos cristiano retrocedían, los reyes deciden entrar en combate con una carga crítica al frente de sus caballeros e infantes, hecho que hace que las demás tropas vuelvan a combatir junto a sus reyes.

El rey Sancho VII de Navarra aprovechó que la milicia había entablado combate a su flanco para dirigirse directamente hacia Al-Nasir (Miramamolín). Los doscientos caballeros navarros, junto con parte de su flanco, atravesaron su última defensa: los im-esebelen, una tropa escogida especialmente por su bravura que se enterraban en el suelo o se anclaban con cadenas para mostrar que no iban a huir. Sea como fuere, lo más probable es que la unidad navarra fuera la primera en romper las cadenas y pasar la empalizada, lo que justifica la incorporación de cadenas al escudo de Navarra.

Entonces llega un momento en el que ambos bandos entienden que están pasando por el momento más crítico de la batalla, en el que tienen que dejarse la vida si pretenden salir victoriosos, y así lo hacen. La lucha es a muerte. Pero muchos coinciden en que en aquella época no había nada que pudiese frenar una carga de caballería pesada que se fijase en un objetivo único. Para que se imaginen el panorama, tras la contienda no había caballo que pudiese caminar a gusto por el campo, de la cantidad de cadáveres que había. El Ejército almohade acabó desintegrado, y los que lograron escapar lo hicieron corriendo y sin rumbo, tal y como tuvo que hacer el mismísimo Califa. De los 70.000 cruzados que acudieron a la batalla, sólo murieron 2.000, y de los 125.000 almohades, cayeron 90.000. Los trofeos capturados durante la batalla se encuentra en la Iglesia Nuestra Señora del Castillo en Vilches.

Más Fuentes de Información sobre la Batalla de las Navas de Tolosa, en 1212:

  1. Wikipedia
  2. Grandes Batallas
  3. Revista de Historia
  4. Muy Historia
  5. ABC
By | 2024-11-25T23:49:07+00:00 octubre 22nd, 2008|Batallas, Historia General|8 Comments

Fernando VII

Hijo del que le besaba los pies a Napoleón y de la señora que mantenía las piernas muy abiertas para que un tal Godoy pudiera complacerla, este personajillo convertido en rey no tuvo culpa alguna por ser tan imbécil, es decir, tonto de remate.

Siempre he pensado que Fernando VII es el culpable de todos los males que han ocurrido en nuestro país desde que acabó la guerra de la Independencia. Sin duda fue el causante principal de las tres guerras carlistas (por empeñarse en que reinara su hija en contra de la Ley Sálica), pero es que también influenció la pérdida de las colonias americanas, que al ver lo poco que querían los españoles a su Rey, decidieron precipitar su independencia.

(más…)

By | 2016-06-07T21:18:57+00:00 octubre 14th, 2008|Biografías, Debate Actual|11 Comments
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