Dispuesta a realizar una ruta de 47.000 km para convertirse en la primera mujer en culminar la vuelta al mundo (siguiendo la ruta del Ecuador), sólo le faltaban 11.000 metros desde Papua Nueva Guinea. Se dirigía hacia la isla Howland en el Pacífico, última parada planificada para cumplir el objetivo, a sólo 4.113 km de distancia, cuando de repente algo pasó, y nunca más se supo de ella…
Había partido de Miami el 1 de junio de 1937, dos años antes de la II Guerra Mundial, con su navengante Fred Noonan, y 28 días más tarde aterrizaron en Lae, en el continente de Oceanía, penúltima parada.
Debido a que la isla de destino (Howland) sólo tiene 1,8 km2, la armada estadounidense se ofreció para ir indicando, mediante el posicionamiento de distintos barcos, la ruta del camino…
Las últimas palabras de Amelia Earhart fueron «estamos en posición 157-337, repito el mensaje…»
Este escritor de música romántica era polaco, nacido el 1 de marzo de 1810, y muerto en 1849 en Paris (17 octubre); tenía sólo treinta y nueve años cuando murió. Su obra fue pequeña en comparación con otros grandes compositores y prácticamente toda fue compuesta para el piano. Su música era distinguida por la creación, dentro de esta estructura, de una enorme variedad de emociones. Era un Romántico, como Franz Lizst, Franz Schubert, y Robert Schumann, que eran contemporáneos. Se puede decir que encontró la inspiración que necesitaba en su propia vida y en las trágicas circunstancias de la historia de su patria Polonia.
Empezó con clases de piano a los siete años, tocando de cara al público con sólo ocho. A los 16 se apuntó en la Warsaw Conservatory para estudiar piano y composición. Después de visitar Viena varias veces decidió vivir en París, con 21 años. Ahí tuvo una liaison romántica con la escritora francesa George Sand. Con ella se fue a vivir al centro de Mallorca, en Villahermosa, donde contrajo la enfermedad que le mataría más tarde. Pero fue en la casa de su amante en Nohant (Francia) donde Chopin fue más feliz; compuso la gran mayoría de sus études, conciertos para piano, etc. Durante la revolución de 1848 se escapó a Inglaterra, donde pasó casi un año. Volvió a Francia con tuberculosis grave y murió un año después.
Desde luego fueron sus composiciones para el pianoforte lo que le hizo más famoso, especialmente el Fantaisie Impromptu, que cuenta con un movimiento lento, hermoso y lírico, aparte de una introducción y finale dramática, tremendamente difícil de tocar.
Obras principales
Piano = 12 études opus 10(1829) y 12 études opus 25 (1832-36).
Sonata opus 4 (1827), Sonata opus 35 (1839), Sonata opus 58 (1844).
Ballades, opus 23, opus 38, opus 47 & opus 52. Scherzos = opus 20, opus 31, opus 39 & opus 54.
24 preludes (opus 28), Fantaisie (opus 49), Polonaise-Fantaisie (opus 61), Nocturnes, Impromptus, Waltzes, Mazurcas, etc. Orquesta = Concierto para Piano No. 2 (opus 21), Concierto para Piano No. 1 (opus 11). Música de Cámara = Trío para Piano (opus 8), Sonata para piano y violoncello (opus 65). Canciones = Diecisiete cantos polacos (opus 74; 1855).
Estilo de música
Aunque compuso muy poco aparte de sus obras para el piano, Chopin se define como uno de los más grandes compositores líricos y románticos por su gran imaginación y su fastidiosa destreza. Compuso melodías muy personales y simpáticas, nunca sentimentales, pero siempre emotivas. Existe una pureza clásica en todo lo que compuso. No hay señal de un exhibicionismo excesivamente romántico. También hay que decir que, a través de sus notas, surge la gran tragedia de la historia de su Polonia natal. Cuando Robert Schumann escuchó una de la obras del entonces joven Chopin pronunció la famosa frase de: “Sombreros fuera señores, es un genio…”
¿Se puede bailar con la música de Chopin? Sí, porque hay Ballets que utilizan sus composiciones. Naturalmente, uno también puede bailar los Valses. ¿Se puede recordar la música por la memoria? Sí. Por ejemplo, todo el mundo sabe las primeras notas de su Marcha Fúnebre, una composición siempre empleada antes, durante y después de los funerales de jefes del estado. También todo el mundo (por lo menos los que han estudiado la música) pueden cantar con placer los movimientos lentos del “Moonlight Sonata” y la “Fantasie Impromptu”.
En 1453 la expansión musulmana había culminado con la toma de Constantinopla pero, para el disgusto de los cristianos, su avance no acabaría ahí. El Imperio Turco Otomano cuidaba mucho su flota e hizo de ella el arma perfecta para boicotear, a lo largo de todo el Mediterráneo, las rutas comerciales que unían a Europa con Oriente. En 1522 Solimán el Magnífico echó a los Caballeros de San Juan en Rodas, y en 1526 aplastó a los húngaros, dejando todo preparado para una futura invasión de Europa. Sin embargo, tras un largo asedio sobre Viena, Solimán tuvo que huir tras ser expulsado. En contraposición, aseguró todavía más su control sobre el Mediterraneo conquistando las plazas de Argel y Trípoli, y ya en 1570 los otomanos se hacen con el control de Túnez mientras Salim II toma Chipre, lo que provoca la reacción cristiana ante el riesgo de invasión.
Muy Interesante ha publicado un reportaje en el que da puntuaciones, según diversos parámetros, a todos los generales de la historia para así sacar una lista con los mejores 15.
Han tenido en cuenta parámetros como la estrategia, la táctica utilizada, los dotes de mando y la incidencia histórica, que se refiere a los intentos que hizo el propio personaje por adueñarse de un lugar en la historia. Los líderes militares son los siguientes:
Napoleón: Militar, gobernante, general, golpista y emperador de Francia.
Julio César: líder militar, procónsul, praetor, cuestor y dictador vitalicio de Roma.
Alejandro Magno: discípulo de Aristóteles, Rey de Macedonia, destacó fundamentalmente por conquistar el Imperio Persa.
Guillermo I: William the Conqueror, conquistador de Inglaterra, héroe de la Batalla de Hastings y Duque de Normandía.
Escipión:el africano, político y general de la República romana, único capaz de derrotar a Aníbal.
Saladino: Sultán de Egipto y Siria (en principio), defensor del Islam, ganó en Hattin a los cruzados y conquistó la Tierra Santa.
Eugenio de Saboya: General austríaco defensor contra los turcos otomanos.
Federico II: Rey de Prusia, apodado «El Grande».
Wellington: héroe de la Guerra de Independencia española y Waterloo, en que derrotó al mismísimo Napoleón.
Zhukov: General ruso distinguido por ser la «bestia negra» de los nazis.
Gengis Khan: Fundó el Primer Imperio Mongol, el más extenso de la historia.
Tamerlán: Conquistador, líder militar y político turco-mongol, último de los conquistadores de Asia Central.
El Gran Capitán: Héroe español durante la época de los Reyes Católicos, destacado por sus camapañas militares en Italia.
Lawrence de Arabia: Mejor estereotipo de líder de táctica de guerilla.
Rommel: «El zorro del desierto», se movía por el Norte de África como pez en el río, concediendo a Hitler más y más territorios hasta el declive de la II Guerra Mundial.
¿Falta algún militar en la lista? Miremos los comentarios de esta noticia un poco más abajo…
La Historia verdadera de la Conquista de Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, las Cartas de relación de Hernán Cortés al Rey Carlos I y las Crónicas de Indias en las que muchos conquistadores contaron sus vivencias en el nuevo mundo, son las principales referencias que tenemos sobre lo que pasó durante la Conquista de Tenochitlan ( del 10 de mayo al 12 de agosto de 1521). Sin embargo, en mi humilde opinión, el libro de Laszlo Passuth llamado ‘El Dios de la LLuvia llora sobre México‘, es posiblemente el mejor libro actual que uno pueda leer acerca de toda la conquista de este magnífico país actual. A esta lista habría que añadir el libro de La Conquista de América para escépticos de Juan Eslava Galán, probablemente el libro más amenos de todos.
Tras La Noche Triste del 30 de junio de 1520 en la que Hernán Cortés perdió más de la mitad de sus hombres teniendo que huir de la ciudad de Tenochtitlán de camino hacia territorio tlaxcalteca (aliados), 14 días más tarde (El 14 de julio de 1520) fueron rodeados por un gran contingente de guerreros mexicas, tepanecas, xochimilcos y otros poblados mesoamericanos en los llanos de Otompan (Otumba).
Antes dela Batalla de Otumba y la Conquista de Tenochtitlán, el 30 de junio de 1520 ocurrió lo que se llamó la Noche Triste, no sólo por la cantidad de gente que murió y que iba a morir a partir de entonces sino porque, según los escritos de Bernal Díaz del Castillo, López de Gómara y Francisco de Aguilar, Cortés no pudo resistir la tentación de echarse a llorar a cántaros tras el fatídico episodio, ante lo que significaba la pérdida de decenas de amigos, veintenas de conocidos y 600 cristianos (más de la mitad de la hueste de Cortés), por no contar con el fallecimiento de más de 800 tlaxcaltecas aliados. Todas estas cifras pertenecen al mismo día lluvioso de 1520, en el que los españoles decidieron escapar de la capital del Imperio Azteca para llegar al territorio aliado de Tlaxcala, ante los rumores de que los aztecas estaban preparando un asalto al cuartel español durante una celebración nocturna. (más…)