¿Por qué entró Japón en La II Guerra Mundial?
¿Nunca os habéis preguntado por qué Japón se alió con Hitler y Mussolini en la Segunda Guerra Mundial? Pues empecemos por el principio…
A principios del siglo XIX y antes de 1858, Japón se encontraba gobernada por el shogunato Tokugawa, una dictadura militar en la que el Shogun era el general en jefe de todas las fuerzas armadas, y por encima de él, sólo estaba el Emperador de Japón.
El Clan Tokugawa llevaba gobernando Japón desde 1603 y desde entonces hasta mediados del siglo XIX ya habían gobernado 15 Shogun distintos. El Clan Tokugawa, de un marcado carácter aislacionista, sólo se entiende si sabemos que antes de ellos hubo una especie de guerra civil que duró casi cien años, lo que se conoce como el Período Sengoku. Tras esta guerra civil, Japón quedó destruida y los Tokugawa pensaron que lo mejor que podían hacer era reconstruir el país mediante un aislacionismo conocido como Sakoku, donde se prohibía la salida del país a cualquier japonés y se restringía el comercio individual con el extranjero.
Sabiendo esto a modo de introducción, ¿adivináis a qué país le incomodaría este encerramiento del Japón? ¿Qué países o Imperios no podían tolerar el hecho de no poder comerciar con un territorio tan sumamente prometedor como Japón? Efectivamente amigos, EEUU y Gran Bretaña.
El 8 de Julio de 1853, fecha importantísima que mencionamos en el primer párrafo, los japoneses se levantan de madrugada para trabajar como todos los días y antes de poder desearle los buenos días al vecino se encuentran conque 4 buques estadounidenses liderados por el Comodoro Perry se habían asentado en la bahía de Edo (actual Tokio).
Ante la amenaza de guerra, el shogún se vio forzado a firmar acuerdos desiguales con EEUU y Reino Unido, garantizando a estos la extraterritorialidad de varios puertos, quedando estos al margen de las leyes niponas y la autoridad del shogún. Como es de esperar, Japón es humillada y los habitantes comienzan a indignarse con el shogún y obviamente con las potencias extranjeras. Pronto iba a cambiar todo…
Comienza así la Guerra Boshin, entre partidarios y detractores del shogún (1868-69). Ganan los detractores y se refuerza así la figura del Emperador, con un claro enfoque xenófobo y revanchista. De hecho, comienza en Japón también su propia revolución industrial. El Imperialismo japonés se estaba forjando a toda prisa y los primeros afectados fueron Corea y China, que sufrieron la rabia japonesa antes que nadie. El Imperialismo era ya una necesidad en Japón ya que habían entendido que las naciones más fuertes subyugaban a las más débiles.
Ahora fue Japón quien amenazó a Corea a abrir sus puertos para el comercio, de mala gana. Pero China también estaba en el ajo, y no podía permitir que Japón se hiciera con el control de Corea, por lo tanto, comenzó la Primera Guerra Sino-Japonesa. La Paz de Shimonoseki en 1897 se tradujo en una auténtica derrota para China saliendo Japón reforzada. China además pierde Formosa (Taiwán) y la península de Liaotung.
Así nace una nueva potencia. Una potencia que ya no le tenía miedo ni a Rusia, y en 1904 estalla la guerra ruso-japonesa, donde los buques japoneses derrotan a los rusos en el Báltico. Japón gana así otra guerra y además consigue una paz con Reino Unido para así convertirse en la primera potencia de Asia.
Durante la I Guerra Mundial (1914-18) Japón se mantuvo al margen pero se alió con la Triple Entente (Francia, Gran Bretaña y Rusia). Así, Japón aprovechó para conquistar el territorio chino de Shandong y de posesiones alemanas en el Pacífico Sur. Además, se convirtió en uno de los cuatro miembros permanentes del Consejo de Naciones, nada más y nada menos…
En el período de entreguerras, obviamente Corea y China intentaron por todos los medios librarse del dominio japonés. Por otro lado, a la misma vez que Japón se democratizaba, también creció la extrema derecha en el país, reacia a los nuevos pactos con Occidente, especialmente con EEUU, Francia y Gran Bretaña. La crisis económica de 1929 no hizo más que darle más la razón, verídica o no, a los extremistas, que culpaban de todo a su régimen y en 1926 Hirohito se convirtió en Emperador de Japón.
Entre los años 20 y 30 del siglo XX se crea en Japón una facción política dentro del Ejército Imperial Japonés llamada Kodoha. Pretendían promover ideales totalitarios, militaristas y expansionistas. Apoyaban a su vez la guerra contra la Unión Soviética. A su vez este grupo político originó la creación de su propia oposición, los llamados Toseiha. A pesar de que coincidían en ideales como el de la defensa nacional y la reforma política, los Kodoha querían un ataque preventivo contra la Unión Soviética orquestado desde Manchuria (China) oponiéndose a más conquistas en territorio chino, mientras que los Toseiha preferían una expansión cautelosa y defensiva. Estos grupos políticos se enfrentaron entre sí por el dominio del ejército y finalmente salió vencedor el Kodoha. Estos últimos también protagonizaron un intento de golpe de Estado, el conocido como Incidente del 26 de febrero de 1936, cuyo objetivo era tomar el control del estado para llevar a cabo su estrategia de reforzamiento de Manchuria y finalización de expansión por China. Pero no lo consiguieron, y esta misma expansión por China fue la causante de la segunda guerra sino-japonesa y la antesala de la II Guerra mundial en Asia.
Para 1935, Japón ya tenía el control de Corea, Manchuria, Taiwán, varias islas del Pacífico y los territorios chinos que consiguió en Versalles tras la I guerra mundial. Tal y como explicamos antes, en 1937 estalla la segunda guerra sino-japonesa en la que tras sufrir decenas de miles de muertes, Japón termina siendo nuevamente victoriosa contra China. Un año antes, en 1936, con unas relaciones deterioradas con los EEUU, Japón firma con Hitler el Pacto Antikomintern. Consecuentemente, EEUU da por finalizado el pacto comercial bilateral con Japón, y este último país aprovecha la debilidad de Francia para hacerse todavía más fuerte en el sudeste asiático conquistando la Indochina francesa.
Para más inri, EEUU respondió embargando las exportaciones de petróleo e intentó obligar a Japón a abandonar China, pero Japón, era un país muy distinto al de décadas anteriores e hizo oídos sordos. La guerra era ya inevitable y en 1941 (7 de diciembre), Japón bombardea Pearl Harbour para acabar con buena parte de la flota estadounidense, así entrando plenamente en guerra contra los aliados en la II Guerra Mundial. Así pues un puñado de militares fanáticos de extrema derecha o fascistas totalitarios, como guste, inició una guerra que acabaría en desastre total y en una total ruina económica para Japón. En agosto de 1945, el presidente de los EEUU, Harry Truman, ordenó dos ataques nucleares en Hiroshima y Nagasaki y el resto, señores, ya lo conocemos.
Fuentes:
1.- Nº 103 de la Revista Muy Historia.
2.- Historia Oxford del Siglo XX. Michael Howard y W.Roger Louis. Editorial Planeta.
3.- Ataque a Pearl Harbour en Imágenes. National Geographic en
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/ataque-pearl-harbor-imagenes_10955