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Batalla de Poitiers (732)

Hoy llega el día de honorar a Francia, conmemorando la batalla que libraron los francos contra los musulmanes para impedir su avance hacia el resto del viejo continente, obstaculizando a su vez, la incorporación del Islam a las vidas de los europeos.

Carlos Martel, padre de Pipino el Breve y abuelo del mismísimo Carlomagno (reyes francos ambos) fue el encargado de liderar a los francos frente a Abderrahman ibn Abdullah Al Gafiki, gobernador de Al-Andalus.

Según varios historiadores, lo que probablemente motivó a los musulmanes a cruzar los pirineos fueron las riquezas de la Abadía de San Martín en Tours, la más prestigiosa y sagrada de aquel tiempo en el oeste de Europa. Al enterarse de esta incursión, el Mayordomo de Palacio de Austrasia, Carlos Martel, reunió a su ejército, de unos 15.000 a 75.000 veteranos, y marchó hacia al sur. Los francos no tenían caballería, pero gozaban de la mejor infantería del continente, armados hasta los dientes. Para resistir las embestidas de la caballería musulmana, dicen que formaron en plan falange, algo parecido a un cuadrado, en el que todos los hombres son importantes, porque no se puede romper la unidad y además uno está obligado a defender al otro.

Cerca de Tours y Poitiers, entre los rios Clain y Vienne, se encontraban los dos ejércitos en octubre del 732. Los muslmanes eran unos 60.000 hombres. Durante siete días no se vieron más que pequeñas escaramuzas, pero el frío, obligó a los musulmanes a atacar al séptimo día.

Durante un día y medio la caballería musulmana intentó romper las filas de infantería franca, sin éxito. La lucha fue a muerte durante este período de tiempo y sin pausa. Más de 24 horas de lanzas, flechas, machetes, cuchillos, espadas y coces, hasta que por el ejército de Abderramán (en español) corrió el rumor de que la poca caballería franca que había se estaba dirigiendo por otro lado a su campamento, en busca del botín que habían robado de Burdeos.

En ese mismo momento los musulmanes decidieron retroceder, fallo que les costó la vida del propio Abderramán, y miles de ellos huyeron tras saberlo. Los francos, al volver a reunirse y decidir atacar su campamento, se encontraron conque no sólo su líder había muerto, sino que todo el ejército había huido. Los musulmanes, de Poitiers no pasaron, por lo que volvieron a la península y se reforzaron ahí, cosa que los mantuvo en el territorio hasta el siglo XV, cuando por una vez los reinos cristianos que luego formaron España se aliaron para echarlos, definitivamente, hacia el continente africano, y formar así, este país tan bello.