El entonces presidente de los EEUU, Bill Clinton, se encargó de autorizar una línea de crédito de 20 mil millones de dólares y mandó a comprar pesos del mercado. A su vez el FMI, el Bank for International Settlement, el Banco de Canadá y algunos países de Latinoamérica como Argentina y Brasil ayudaron también a México.
Sólo tres años más tarde, en 1997, México pagó toda la deuda que tenía de EEUU, pero una gran parte de las pymes de México no pudo ser rescatada y acabaron extinguiéndose debido sobre todo a las altísimas tasas de interés (de hasta el 100%) durante el período de devaluación.
Curioso es también el hecho de que el Gobierno Mexicano anunció la devaluación durante un miércoles, así espantando de cuajo a muchísimos inversores extranjeros que directamente se apartaron de los mercados mexicanos. Si la noticia se hibiera escondido hasta el lunes siguiente, dicen, muchas familias y pymes se hubieran salvado de sufrir lo que sufrieron…