Horatio Nelson (1758-1805)

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Horatio Nelson (1758-1805)

Hijo de un sacerdote de Norfolk, Inglaterra, Horatio Nelson entró en la Royal Navy en el año 1770, con sólo doce años, como aspirante a oficial de marina (midshipman).

Participó en la ocupación de Córcega en 1774, donde perdió un ojo en batalla. En 1797 fue ascendido a Contralmirante (Rear-Admiral) por su distinguido servicio en la batalla del Cabo de San Vicente, en las costas del Algarve, Portugal.

Perdió un brazo a la edad de 39 mientras atacaba (insatisfactoriamente) el Puerto de Santa Cruz de Tenerife, en las Islas Canarias. Su oponente en aquél entonces fue el General Gutiérrez, en lo que significó su única derrota en el mar.

Más adelante, derrotó a la Armada Francesa en la Batalla del Nilo, casi destrozándola por completo.

Tras servir en el Báltico y asediar a la flota danesa en Copenhague, le nombraron Comandante del Mediterráneo en 1803, así obteniendo permiso para bloquear Tolón (Francia) durante dos años enteros.

Desde enero a octubre de 1805 se dedicó a perseguir a la flota hispano-francesa de Villeneuve por todo el Atlántico, hasta que se encontraron en Trafalgar, donde dirigió a su flota hacia la victoria no sin antes dejarse literalmente la vida, a manos de un francotirador francés, supuestamente.

La superioridad mental y suprema confianza que mostraba Nelson en su carácter diario, hizo que sus soldados le escucharan con respeto y entusiasmo, pues según muchos escritos ingleses de la época sus hombres estuvieron dispuestos a morir con él y a acompañarle hsata el mismísimo infierno, al que fueron varias veces…

Muchas de las batallas que deberían haber perdido los ingleses, fueron ganadas por la cabezonería de Nelson y sus artes bélicas, su magnetismo y su coraje personal.

Dejó al menos dos huellas tras de sí qe muchos de nosotros conocemos: Primero la estatua de Trafalgar Square en Londres; y segundo la frase «The Nelson Touch», cuyo significado implica el hábito y costumbre de Nelson de no pensar mucho las cosas, sino hacerlas sin pensar en las consecuencias.

La primera vez que hizo algo parecido (y de ahí la frase) fue cuando sus superiores le ordenaron apartarse de la primera línea de batalla durante un combate naval, y Nelson, en un gesto desafiante a la vez que gracioso, se colocó el telescopio delante de su ojo tuerto y dijo «No veo ninguna señal, avancemos sobre el enemigo».

By | 2017-03-21T15:17:32+00:00 septiembre 22nd, 2010|Biografías, Historia General|0 Comments

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Licenciado en Periodismo por la San Pablo CEU de Madrid, Máster en Periodismo por la LSJ de Londres, Máster en Diseño de Páginas Web por Azpe Informática, diplomado en HTML, CSS, SEO y SEM en la ULL, Christian Crossing-Taylor disfruta escribiendo sobre marketing digital e historia. Es director de Online Marketing Dream y lleva las cuentas de varios clientes.

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